ÍNDICE

¿Qué es el cambio climático y cómo podemos ser parte de las acciones en contra de este en el año 2022? Por Karla Rodríguez Medina

Edición por Perla Camacho Camarena

Tod@s hemos escuchado o leído en algún momento “cambio climático, calentamiento global, efecto invernadero, gases de efecto invernadero”. Son temas que están de moda, pero no está de más recordar los conceptos o incluso explicarlos para quienes no están familiarizados con estos temas. El cambio climático refiere a las variaciones de la temperatura y patrones climáticos a largo plazo, y persiste durante largos períodos de tiempo, generalmente decenios o periodos más largos. Siempre ha existido y su principal causa han sido fenómenos naturales como cambios en la actividad solar, erupciones volcánicas, variaciones en la órbita de la traslación de la Tierra, etc. Sin embargo, desde el siglo XIX, especialmente desde la época de la Revolución Industrial, las actividades humanas han sido la principal causa del cambio climático, debido especialmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Estas actividades han alterado el clima drásticamente, y actualmente la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ya hace una diferencia entre el cambio climático que se da de manera natural y el que es dado por las actividades humanas (IPCC, 2013).

Ahora, ¿qué es lo que hace que incremente la temperatura en el planeta? ¿Por qué las actividades humanas están calentando más la tierra? Esto tiene que ver con los Gases de Efecto Invernadero (GEI) y el efecto invernadero. Los GEI son componentes gaseosos de la atmósfera, que absorben y emiten la radiación infrarroja del sol, reteniendo el calor en el planeta (IPCC, 2013). Algunos de estos existen de manera natural y otros son producto de las actividades humanas. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático reconoce seis GEI: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6) (Figura 1). Este calor que los GEI retienen en la atmósfera provoca el efecto invernadero, es decir un ambiente “cálido”, y es un fenómeno natural que mantiene la temperatura promedio del planeta en 14.6 °C y que ha permitido se desarrolle la vida. Si el efecto invernadero no existiera, la tierra sería 33°C más fría y estaríamos a -18 °C (SEMARNAT, 2007).

El problema actualmente es que hay mucha más cantidad de GEI absorbiendo y reteniendo el calor en la atmósfera. Este aumento de GEI es derivado de las actividades humanas; por ejemplo, el CO2 se incorpora al aire a través de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas natural y el petróleo. La mayor parte de la energía empleada en el mundo involucra quema de combustibles fósiles. Por tanto, las emisiones de CO2 se derivan de la combustión para la generación de electricidad, la climatización de ambientes, las industrias, el transporte, la agricultura, la elaboración de ropa, la eliminación de desechos sólidos, etc.

                                                           

Figura 1. Representación del efecto invernadero y cómo los Gases de Efecto Invernadero (GEI) absorben calor, calentando la atmósfera de la Tierra. Crédito de la imagen: Karla Rodríguez Medina

 

El metano (CH4), después del CO2, es el segundo gas de efecto invernadero responsable del cambio climático. Este se emite en menor cantidad que el CO2, pero es un gas que absorbe más calor y se mantiene por más tiempo en la atmósfera (IPCC, 2013). Pero ¿de dónde se deriva el metano? Este gas es producto del sector agropecuario (desechos del ganado), del sector hidrocarburos y de la disposición de desechos generales (SEMARNAT, 2007). Los basureros a cielo abierto son de los principales responsables de emisión de metano. Cada bolsa de plástico del supermercado, botella de agua o refresco, traste de unicel, ropa sintética o cualquier producto de plástico que termina en un basurero a cielo abierto, en una playa, bosque o parque, y que está en contacto con la radiación solar, emite gas metano y contribuye al calentamiento global. Todo eso sin contar los cientos de años que tardan los plásticos en desaparecer de la tierra y el daño que le hacen a la biodiversidad marina y terrestre. Así como el CO2 y el CH4, existen otros importantes GEI que están calentando drásticamente la atmósfera, como son los hidrofluorocarbonos, el óxido nitroso o el hexafluoruro de azufre –de los que probablemente hablaré en una nota posterior–.

Como ya había mencionado anteriormente, el problema es la gran cantidad de GEI que estamos generando los seres humanos, y no solo es por la enorme cantidad de personas que habitamos el mundo –7.8 billones de personas hasta diciembre de 2021 (Banco Mundial, 2021)–, sino también por nuestro actual modelo de consumo. Nos han creado falsas necesidades y/o comodidades, y además el tiempo de vida de la mayoría de los productos que compramos es corto debido a los intereses económicos de los fabricantes. Un ejemplo de esto son los celulares: compramos uno y al año siguiente ya nos están vendiendo la nueva versión aunque el modelo anterior aún funcione perfectamente. La elaboración de estos productos involucra la extracción de una gran cantidad de recursos naturales, y su desecho genera una excesiva cantidad de GEI. A este tipo de producción se le llama obsolescencia programada y es la principal causa del voraz avance del consumismo y de sus terribles consecuencias, tanto para la sociedad como para el medio ambiente.

 

Urgencia climática mundial

Hace aproximadamente dos meses se llevó a cabo la 26a Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), en donde casi 200 países reunidos en Glasgow (Reino Unido) adoptaron un documento final que menciona que estamos en “modo emergencia a nivel mundial” y urge acelerar la acción climática para cumplir con el objetivo de mantener el calentamiento global de este siglo por debajo de los 2°C, preferentemente por debajo de 1.5°C. Los expertos en cambio climático mencionan que el incremento del promedio mundial de la temperatura, incluso en los 2 °C, tendría un impacto grave sobre la población humana y la biodiversidad. Más de un tercio de la población estaría expuesta a problemas de salud y de alimentación, y existirían más muertes relacionadas con el calor. Desde el punto de vista de la biodiversidad, gran parte de los arrecifes de coral de aguas cálidas desaparecería, y el hielo del Ártico se derretiría por completo al menos un verano cada década, provocando severos efectos negativos sobre la vida marina y silvestre, y consecuentemente sobre las comunidades humanas que dependen de esta. Además, no se descarta un incremento del nivel del mar en los próximos siglos debido a la pérdida irreversible de capas de hielo en Groenlandia y en la Antártida (COP26, 2021).

Durante la COP26, algunos países se comprometieron para frenar las emisiones de metano, detener y revertir la pérdida de bosques, alinear el sector financiero con las metas de emisiones netas cero para 2050, deshacerse del motor de combustión interna, acelerar la eliminación del carbón y poner fin al financiamiento internacional de combustibles fósiles (WRI, 2021). México es uno de los países firmantes, y su compromiso fue en dos vertientes. En la primera, se adhirió al Compromiso Global de Metano (Global Methane Pledge) que es impulsado por Estados Unidos y la Unión Europea, y la meta es reducir las emisiones globales de este gas antropogénico en 2030 en un 30% por debajo de los niveles registrados en el año 2020 (Comunicado de SER, 2021). En la segunda, México se unió al compromiso de detener y revertir la pérdida de los bosques y la degradación de la tierra para el año 2030, contemplando conservar los bosques y otros ecosistemas terrestres, reducir la vulnerabilidad y construir resiliencia en áreas rurales, rediseñar políticas agrícolas y promover la seguridad alimentaria (Comunicado de SER, 2021). Estos compromisos son importantes, pero no es suficiente: necesitamos más por parte de las naciones para lograr las metas climáticas.

 

¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos ser parte de las acciones contra el cambio climático?

Considero que la presión para reducir los GEI y limitar la temperatura en el año 2030 a 1.5°C recae particularmente sobre: 1) los diferentes niveles de gobierno, 2) las empresas, y 3) la ciudadanía. Los diferentes niveles de gobierno deben establecer cada vez más políticas nacionales, estatales y municipales enfocadas a la mitigación y adaptación al cambio climático, de acuerdo con las características y/o problemáticas sociales y ambientales de cada lugar, y el fondo económico destinado a estos proyectos debe ser mayor. Urge que el cambio climático sea prioridad en las agendas políticas y que los programas estén enfocados a cambiar progresivamente de energías fósiles a renovables, reducir la deforestación, incrementar la restauración de ecosistemas dañados y promover la transformación de las ciudades en zonas más sustentables. Las ciudades son los espacios que más consumen recursos naturales y generan más del 75% de emisiones de GEI. Por ello, los programas deben enfocarse en promover el arbolado urbano con especies nativas; mejorar la movilidad urbana priorizando a los peatones, los vehículos no motorizados y el transporte público sustentable; promover viviendas con diseños bioclimáticos para minimizar el uso de enfriadores o calentadores residenciales; fomentar a gran escala la reducción de los desechos sólidos, promoviendo la economía circular en vez de una economía lineal (compro, uso y tiro) y haciendo énfasis en las “7R” (rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar) para dejar de consumir de manera automática.

De manera no excluyente, la legislación ambiental relacionada con el cambio climático debe fortalecerse y aplicarse para que las empresas e industrias limiten sus emisiones de GEI y compensen su impacto al medio ambiente, contemplando multas económicas que equiparen los daños a los servicios ambientales que dejamos de recibir por la falta del cumplimento ambiental de las empresas.  

            Como ciudadanía podemos ser parte de la lucha ante el cambio climático con acciones hormiga. A continuación, mencionaré algunas de estas, separadas en cuatro sectores que están estrechamente vinculados: desechos sólidos, transporte, energía y forestal.

 

Desechos sólidos:

 

  • Recuerda que mientras menos desechos sólidos existan, menos gases de efecto invernadero se emitirán a la atmósfera, evitando el calentamiento de la Tierra.
  • Evita el uso de desechables de plástico en tus reuniones, principalmente unicel. Este material tarda más de cien años en degradarse y es casi imposible de reutilizar o de reciclar. Termina siempre en vertederos a cielo abierto, emitiendo grandes toneladas de metano y otros GEI. Como opción, podemos hacerlo a la antigüita: usar platos y cubiertos que podamos lavar, o en su defecto platos de cartón o algún otro material que haya sido extraído de manera sustentable. Ojo: siempre estar alertas de las falsas alternativas verdes. Actualmente hay muchos materiales que se venden como “biodegradables”, pero que no lo son. Recuerda que para que un producto sea biodegradable tiene que estar dentro de una composta en contacto con organismos descomponedores. Para evitar el uso de plástico también puedes tener en tu coche, en tu trabajo o en tu casa una bolsa con diferentes tamaños de tuppers que puedes usar si compras comida en la calle, etc.
  • Evita la excesiva compra de productos de higiene personal o limpieza, reflexiona qué es realmente lo que necesitas. Recuerda que todo viene en envases de plástico que terminan en la basura, y la mayoría de los productos tiene sustancias dañinas para el medio ambiente y para ti mism@. Como alternativa, existen varias tiendas ecológicas en Mérida (y ya en casi todos los estados) en donde se venden productos de aseo personal o limpieza del hogar que son realizados con sustancias naturales, amigables con el medio ambiente y en donde existe la opción de rellenar el mismo envase varias veces. Esto aplica para champú, detergente de trastes y ropa, cremas, desodorantes, productos de belleza, higiene personal, etc.
  • Los materiales que no puedas reducir los puedes separar y, de preferencia, regalárselos a las personas que viven de la venta de estos materiales (latas, pet) o llevarlos a centros de reciclaje. En Mérida hay varias empresas que se dedican a esto. También existe la posibilidad de llevarlos a los puntos verdes de la ciudad, que son parte de programas del Gobierno Municipal, y puedes llevar vidrio, Tetrapak, cartón, latas, diferentes tipos de plástico, etc.
  • Realiza tu minicomposta con tu basura orgánica. El metano es uno de los principales GEI que se derivan de la descomposición de la materia orgánica. En casa, con cubetas puedes realizar una composta casera que te puede servir de abono para tus plantas o incluso la puedes vender.
  • Evita el uso de bolsas de plástico que terminarán en un basurero a cielo abierto emitiendo metano y convirtiéndose en microplásticos que acabarán contaminando mares, ríos, lagos, selvas, etc. Como alternativa, usa bolsas ecológicas hechas de fibras naturales, para que después de su larga vida de uso se desechen y degraden fácilmente.
  • Haz uso de las “7R” ya mencionadas anteriormente, y fomenta los negocios que hacen uso de la economía circular.

 

Transporte

 

  • Utiliza más la bicicleta. Afortunadamente en Mérida ya existen en algunas zonas con ciclovías. Tal vez no tienen la infraestructura deseada para much@s, pero si las utilizamos haremos evidente su necesidad y podemos exigir con el tiempo su mantenimiento y mejoramiento. Las bicis generan cero cantidades de GEI, y además movemos el cuerpecito…
  • Usa más el transporte público, y exige que mejore su calidad tanto en redes como en otros medios. Una ciudad de primer mundo, no es aquella en donde tod@s tienen su propio automóvil, sino aquella en donde el diseño urbano le da prioridad a peatones, vehículos no motorizados y transporte público de calidad. Ya existen varias ciudades en el mundo que han eliminado las carreteras de concreto, convirtiéndolas en espacios verdes para la ciudadanía.
  • Fomenta el consumo de productos locales. Estos tienen menos huella climática, ya que el uso de gasolina para que estos productos lleguen a su destino es menor. Ejemplo: si vas a comprar sal, compra la sal de Celestún y no una sal rosa del Himalaya. Imagina la huella climática de esta última: es enorme, por la cantidad de combustible que se utilizó para que llegue del Himalaya hasta Mérida, mientras que la sal de Celestún solo tuvo que recorrer una pequeña distancia.

 

Energía

Recuerda que casi todos los procesos que se usan para obtener energía están relacionados con la quema de combustibles fósiles, por lo que generan una gran cantidad de GEI a la atmósfera.

 

  • Evita el uso constate de aire acondicionado o mantenlo en temperaturas de 24-25°C. Esta recomendación va de la mano con el sector forestal: siembra más árboles, pues mientras más vegetación hay, menos calor hace (ver nota “La importancia de los bosques urbanos ante el cambio climático: el caso de la ciudad de Mérida” https://revistalibertaddeyucatan.com/edicion-no-1/).
  • Cambia los focos convencionales, que consumen más energía, por focos led o focos ahorradores; también será una ayuda para tu bolsillo.
  • Apaga las luces que no se estés usando. Mientras una luz está encendida, se está consumiendo energía de una central eléctrica que está generando GEI.
  • Evita planchar. En caso de no sea posible, plancha tandas de ropa juntas.

 

Forestal

Considero que este es un sector clave. La vegetación es la única, junto con algunas algas y cianobacterias, que llenan de oxígeno la atmósfera, y además eliminan GEI de esta. Para esta sección ya existe una que te invitamos a leer: “La importancia de los bosques urbanos ante el cambio climático: el caso de la ciudad de Mérida” https://revistalibertaddeyucatan.com/edicion-no-1/.

 

 

REFERENCIAS

 

Banco Mundial. 2021. De la crisis a la recuperación verde, resiliente e inclusiva. https://www.bancomundial.org/es/about/annual-report#anchor-annual

 

COP26. 2021. Nota informativa. UN Climate Change Conference UK 2021. Glasgow, Escocia.

 

INEGI. 2020. Encuesta Intercensal Tabulados Yucatán. Características económicas. México. 2016.

 

INEGI. 2015. Encuesta Intercensal Tabulados Nacional. Características económicas. México. 2016.

 

IPCC, 2013: Glosario [Planton, S. (ed.)]. En: Cambio Climático 2013. Bases físicas. Contribución del Grupo de trabajo I al Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático [Stocker, T.F., D. Qin, G.-K. Plattner, M. Tignor, S.K. Allen, J. Boschung, A. Nauels, Y. Xia, V. Bex y P.M. Midgley (eds.)]. Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido y Nueva York, NY, Estados Unidos de América.

 

SEMARNAT, 2007. Instituto Nacional de Ecología, Dirección General de Investigación sobre la Contaminación Urbana, Regional y Global, México, 2007. http://www.ine.gob.mx/cclimatico/ciencia.html

 

https://www.gob.mx/sre/prensa/mexico-se-adhirio-al-compromiso-global-de-metano-en-la-cop26?idiom=es

 

https://www.gob.mx/sre/prensa/mexico-se-sumo-hoy-en-la-cop26-a-la-declaracion-sobre-bosques-y-uso-de-la-tierra?idiom=es

 

http://www.ccpy.gob.mx/cambio-climatico/gases-efecto-invernadero.php

 

Conversación con el Tío Alex, GUITARRA de los Esquizitos por Yoyo

Edición por Perla Camacho Camarena

Yoyo– Pandilla libertadora yucateca, hoy tenemos el enorme privilegio de charlar con Alex Fernández, guitarrista y miembro fundador de Los Esquizitos, sin duda una de las bandas de culto más icónicas del rock subterráneo hecho en Chilangolandia  y en México.

Yoyo- Alex, ¿cómo estás?

Alex- Muy bien, gracias.

Y– ¿Cómo se encuentran Los Esquizitos en medio de este panorama tan gris generado por la pandemia de Sars-Cov-2?

A– Mira, primero me gustaría aclarar una cosa. Esas cosas como de “banda de culto”, no mames, no van. Para nada es así. Somos personas a las que nos gustó la música. Combinamos en un aspecto chido, y en otros aspectos más gachos no combinamos. No nos gustó pertenecer al gremio este, en donde siempre hay que hacer un disco, un video, una colaboración con el Doctor Shenka y con el de los Rebel Cats. Eso no nos gustó (y ni nos invitan). Entonces, más que de culto y la chingada, más bien no nos gusta esa mamada de estar siempre dándole ahí al negocio. Yo a eso le llamo “changarock”. Como que el rock es un changarro para esa gente, o ese tipo de pensamiento, y la verdad no nos late. Esto lo digo desde mi muy particular punto de vista.

Respecto a cómo estamos nosotros, pues… bien. Somos adultos ya de cincuenta y sesenta años, todos. Aunque mi voz y mi personalidad sea adolescente, yo tengo 52. Somos población de riesgo, pero ya vacunados. Ahora, en el otoño de 2021, tenemos panoramas muy distintos al 2020, pero de todas maneras somos precavidos. Nosotros los artistas sí nos debemos a nuestro público, y nuestro público puede llegar a conglomerarse para ir a vernos. Entonces se sufre la falta de conciertos, la falta de espacios, la poca movilidad, las restricciones de aforo, etcétera. Pero estamos igual, como si no hubiera pasado nada, seguimos haciendo lo mismo, jeje,

Y- Nos enteramos de que han realizado tocadas en favor de ciertas intervenciones y tratamientos que debe tomar Nacho Desorden. ¿Qué nos puedes contar al respecto, Alex? ¿Cómo ha respondido la banda?

A- Pues es un proyecto de apoyo a los gastos de salud de Nacho. Le dio un paro cardiaco y se está revisando constantemente. La banda respondió bien. De hecho, pronto vamos a organizar una rifa.

Y-  Está chingón. Entonces, de alguna manera, Nacho se encuentra estable.

A- Sí, sí. El año pasado estuvo sólo un día en observación en el hospital.

Y– Qué chido. Nos da gusto saber que está bien. Oye, Alex, queremos retroceder un poco en el tiempo, para que nos hables sobre el surgimiento de los Esquifritos.

A- Cómo no… Nos gusta decir que el grupo nació en la convulsionada década de los noventa, cuando el zapatismo apareció y le enseñó a la juventud a inconformarse con lo establecido; cuando el movimiento zapatista juntó a los jóvenes en una sola voz, en un solo sentimiento, que era rebelarse a los cambios políticos y económicos que estaban sucediendo. A nosotros nos gusta bromear con que estaba de moda el zapatismo, aprovechamos la oportunidad y nos subimos al tren; pero la verdad que no. Nunca hablamos de esos temas, de lo indígena, de lo mexicano, de las raíces. En ese tiempo, no había banda que no tocara esos temas. Pegó mucho ese sentimiento mexicano, incluso ese nacionalismo que nos heredó el PRI. Todos querían ser o pachucos, o la onda de chamanes tipo Sabina, o la onda astral, o jaguares. Y eso, la verdad, no nos gustaba. En esa época yo estaba estudiando Psicología, ahí conocí a Nacho, que era mi profesor en la facultad. Los otros integrantes se conocieron en el Tutti Frutti, que era el bar de Brisa. Hicimos unos ensayos, combinamos chido, y luego nos aventamos. Eso es lo que me acuerdo.

Y- Esto que me cuentas, Alex, ¿en qué año sucedió?

A- Debe ser 93 o 94.                                                                                          

Y- ¿Y es hasta 1998 que sacan su primer disco con Opción Sónica?

A- Puede ser, la verdad es que no estoy muy seguro.

Y- Oye, Alex, ¿cómo les va con las nuevas generaciones? Sabemos que hoy en día, las redes sociales son muy importantes. En este sentido, ¿cuál es la relación de los Esquifritos con el mundo del internet?

A- Mira, ahí en las redes, en Bandcamp, tenemos toda nuestra discografía, y a través de Wikipedia pueden encontrar ligas para acceder a las grabaciones que tenemos en línea. Fíjate que nos sorprende que hay muchos jóvenes que son fans de la banda. Incluso se saben las letras de rolas que nosotros ya hemos olvidado. Hay letras como la de “¡Pum-Pum!, ¡Bang-Bang!”, que luego se le olvida al Üili, y los chavos sí se la saben, está cagado eso.

Y- Entonces existe un público joven que los sigue todavía… Qué chingón.

A- Sí, cagadamente. Sobre todo yo lo sé porque hago los analitics que te dicen la población y esas cosas. Fíjate que los chavorrucos que hoy tienen cuarenta años eran chavitos cuando nos oyeron. Luego se casaron, tuvieron hijos, y les han pasado a sus chavitos parte de sus repertorios musicales. Es así como los Esquzitos han pasado de generación en generación. Se transmitió el virus, güey.

Y- Alex, en medio de esta acelerada revolución tecnológica en que vivimos, paradójicamente, se está retomando el hacer discos en formato físico. ¿Dónde se pueden conseguir las grabaciones de los Esquizitos en LP, por ejemplo?

A- Bueno, las impresiones de los discos en vinyl tienen que ver con nuestro amigo Moisés. Moisés es un muchacho que está muy inspirado en la búsqueda del vinyl y tiene su propio sello discográfico. De hecho, tiene su propia tienda, Chez Nobody Records. Él es el encargado de hacer las copias y las impresiones. El primer tiraje del disco blanco quedó bien bueno. Creo que ya se acabó. Ahora se echó el tiraje de dos epés: “por favor calmates “ y “santo y lunave”. Están chidos. Con él los pueden conseguir.

Y-  Están muy chicles. Nosotros checamos recientemente la página de Chez Nobody Records y la edición de “santo y lunave” se ve muy chingona, el disco viene en un verde moco que se ve de lujo.

A- Sí, está padre la impresión, aparte tiene un paquete de colección que incluye una postal impresa que tiene surcos para que se pueda escuchar con la aguja. Todos los elementos de vinyl se ven directamente con Moisés y con Chez Nobody Records. Búsquenlo.

Y- Vientos, pues en este sentido la banda en Yucatán no va a tener problemas en contactar a Chez Nobody Records a través de Facebook. Ellos seguramente les harán llegar la mercancía hasta la península.

Y- Alex, ¿qué viene para los Esquisos? ¿Vienen tocadas, presentaciones?

A- Pues primero que nada tenemos que conservar la salud, pero vamos a tratar de buscar tocadas y espacios, porque no tengo duda de que se va a comenzar a abrir la escena. Pero estamos muy tranquilos, no nos urge tocar.

Y- Oye, Alex, ¿qué posibilidad hay de que vengan a Yucatán?

A- Pues nunca hemos ido. Yo llegué a ir a Campeche pero de chavo, jajaja. La verdad es que nos gustaría ir a tocar por allá.

Y– Pues estaría muy chido porque hay pandilla yucateca que los sigue de cerca. Ojalá que se puedan dar las condiciones para que toquen pronto por acá.

Y- Alex, una última. Regresando a la discografía de los Esquizitos, ¿cuál consideras que es su disco más representativo y por qué?

A- Pues yo creo que nuestro “Perros de reserva” es el primer disco, nuestro “Pulp Fiction” es el Tú quieres ser como yo, y las otras producciones vendrían siendo nuestros “Kill Bills”. Es decir, el primer disco tiene la fuerza, la originalidad, es la patada de salida, el chingadazo fuerte. Es insuperable, aunque tenga elementos que puedan ser mejorados. Y el segundo larga duración tiene elementos del primero pero mejoraron elementos de la grabación, se creó otra atmósfera, por eso es nuestro “Pulp Fiction”. Todas las demás grabaciones junto con los intentos de videos son nuestros “Kill Bills”. Así lo considero.

Y- Muy chingona esta analogía tarantinesca. Me latió.

A- Recuerda que cuando salimos, también salió Pulp Fiction. Y se dio una bonita ola que pudo generar un espacio de gusto y convivencia por un estilo.

Y- Claro, Pulp Fiction se convirtió en una de las bandas sonoras más importantes de la generación.

A- Sin duda, ese soundtrack está muy chido.

Y- Alex, muchas gracias por tomarte el tiempo para charlar con nosotros. Un gustazo tenerte. Y estamos al pendiente de todo lo que suceda con los Esquizitos.

A- Gracias a ustedes. Saludos.

 

 

 

 

Discurso "Tengo un sueño" Martin Luther King Jr.

 Estoy contento de reunirme hoy con vosotros y con vosotras en la que pasará a la historia como la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestra nación.

 

Hace un siglo, un gran americano, bajo cuya simbólica sombra nos encontramos, firmó la Proclamación de Emancipación. Este trascendental decreto llegó como un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros y esclavas negras, que habían sido quemados en las llamas de una injusticia aniquiladora. Llegó como un amanecer dichoso para acabar con la larga noche de su cautividad.

 

Pero cien años después, las personas negras todavía no son libres. Cien años después, la vida de las personas negras sigue todavía tristemente atenazada por los grilletes de la segregación y por las cadenas de la discriminación. Cien años después, las personas negras viven en una isla solitaria de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después, las personas negras todavía siguen languideciendo en los rincones de la sociedad americana y se sienten como exiliadas en su propia tierra. Así que hemos venido hoy aquí a mostrar unas condiciones vergonzosas.

 

Hemos venido a la capital de nuestra nación en cierto sentido para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magnificientes palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, estaban firmando un pagaré del que todo americano iba a ser heredero. Este pagaré era una promesa de que a todos los hombres —sí, a los hombres negros y también a los hombres blancos— se les garantizarían los derechos inalienables a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.

 

Hoy es obvio que América ha defraudado en este pagaré en lo que se refiere a sus ciudadanos y ciudadanas de color. En vez de cumplir con esta sagrada obligación, América ha dado al pueblo negro un cheque malo, un cheque que ha sido devuelto marcado “sin fondos”.

 

Pero nos negamos a creer que el banco de la justicia está en bancarrota. Nos negamos a creer que no hay fondos suficientes en las grandes arcas bancarias de las oportunidades de esta nación. Así que hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dé mediante reclamación las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia. También hemos venido a este santo lugar para recordar a América la intensa urgencia de este momento. No es tiempo de darse al lujo de refrescarse o de tomar el tranquilizante del gradualismo. Ahora es tiempo de hacer que las promesas de democracia sean reales. Ahora es tiempo de subir desde el oscuro y desolado valle de la segregación al soleado sendero de la justicia racial. Ahora es tiempo de alzar a nuestra nación desde las arenas movedizas de la injusticia racial a la sólida roca de la fraternidad. Ahora es tiempo de hacer que la justicia sea una realidad para todos los hijos de Dios.

 

         Sería desastroso para la nación pasar por alto la urgencia del momento y subestimar la determinación de las personas negras. Este asfixiante verano del legítimo descontento de las personas negras no pasará hasta que haya un estimulante otoño de libertad e igualdad. Mil novecientos sesenta y tres no es un fin, sino un comienzo. Quienes esperaban que las personas negras necesitaran soltar vapor y que ahora estarán contentos, tendrán un brusco despertar si la nación vuelve a su actividad como si nada hubiera pasado. No habrá descanso ni tranquilidad en América hasta que las personas negras tengan garantizados sus derechos como ciudadanas y ciudadanos. Los torbellinos de revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que nazca el día brillante de la justicia.

 

Pero hay algo que debo decir a mi pueblo, que está en el caluroso umbral que lleva al interior del palacio de justicia. En el proceso de conseguir nuestro legítimo lugar, no debemos ser culpables de acciones equivocadas. No busquemos saciar nuestra sed de libertad bebiendo de la copa del encarnizamiento y del odio.  Debemos conducir siempre nuestra lucha en el elevado nivel de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra fecunda protesta degenere en violencia física. Una y otra vez debemos ascender a las majestuosas alturas donde se hace frente a la fuerza física con la fuerza espiritual. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra no debe llevarnos a desconfiar de todas las personas blancas, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como su presencia hoy aquí evidencia, han llegado a ser conscientes de que su destino está atado a nuestro destino. Han llegado a darse cuenta de que su libertad está inextricablemente unida a nuestra libertad. No podemos caminar solos.

 

Y mientras caminamos, debemos hacer la solemne promesa de que siempre caminaremos hacia adelante. No podemos volver atrás. Hay quienes están preguntando a los defensores de los derechos civiles: “¿Cuándo estaréis satisfechos?” No podemos estar satisfechos mientras las personas negras sean víctimas de los indecibles horrores de la brutalidad de la policía. No podemos estar satisfechos mientras nuestros cuerpos, cargados con la fatiga del viaje, no puedan conseguir alojamiento en los moteles de las autopistas ni en los hoteles de las ciudades. No podemos estar satisfechos mientras la movilidad básica de las personas negras sea de un ghetto más pequeño a otro más amplio. No podemos estar satisfechos mientras nuestros hijos sean despojados de su personalidad y privados de su dignidad por letreros que digan “sólo para blancos”. No podemos estar satisfechos mientras una persona negra en Mississippi no pueda votar y una persona negra en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no, no estamos satisfechos y no estaremos satisfechos hasta que la justicia corra como las aguas y la rectitud como un impetuoso torrente.

 

         No soy inconsciente de que algunos de vosotros y vosotras habéis venido aquí después de grandes procesos y tribulaciones. Algunos de vosotros y vosotras habéis salido recientemente de estrechas celdas de una prisión. Algunos de vosotros y vosotras habéis venido de zonas donde vuestra búsqueda de la libertad os dejó golpeados por las tormentas de la persecución y tambaleantes por los vientos de la brutalidad de la policía. Habéis sido los veteranos del sufrimiento fecundo. Continuad trabajando con la fe de que el sufrimiento inmerecido es redención.

 

Volved a Mississippi, volved a Alabama, volved a Carolina del Sur, volved a Georgia, volved a Luisiana, volved a los suburbios y a los ghettos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de un modo u otro esta situación puede y va a ser cambiada.

No nos hundamos en el valle de la desesperación. Aun así, aunque vemos delante las dificultades de hoy y mañana, amigos míos, os digo hoy: todavía tengo un sueño. Es un sueño profundamente enraizado en el sueño americano.

 

Tengo un sueño: que un día esta nación se pondrá en pie y realizará el verdadero significado de su credo: “Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres han sido creados iguales”.

 

Tengo un sueño: que un día sobre las colinas rojas de Georgia los hijos de quienes fueron esclavos y los hijos de quienes fueron propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la fraternidad.

 

Tengo un sueño: que un día incluso el estado de Mississippi, un estado sofocante por el calor de la injusticia, sofocante por el calor de la opresión, se transformará en un oasis de libertad y justicia.

 

Tengo un sueño: que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel sino por su reputación.

 

Tengo un sueño hoy.

 

Tengo un sueño: que un día allá abajo en Alabama, con sus racistas despiadados, con su gobernador que tiene los labios goteando con las palabras de interposición y anulación, que un día, justo allí en Alabama niños negros y niñas negras podrán darse la mano con niños blancos y niñas blancas, como hermanas y hermanos.

Tengo un sueño hoy.

 

Tengo un sueño: que un día todo valle será alzado y toda colina y montaña será bajada, los lugares escarpados se harán llanos y los lugares tortuosos se enderezarán y la gloria del Señor se mostrará y toda la carne juntamente la verá.

 

Ésta es nuestra esperanza. Ésta es la fe con la que yo vuelvo al Sur. Con esta fe seremos capaces de cortar de la montaña de desesperación una piedra de esperanza. Con esta fe seremos capaces de transformar las chirriantes disonancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a la cárcel juntos, de ponernos de pie juntos por la libertad, sabiendo que un día seremos libres.

 

Éste será el día, éste será el día en el que todos los hijos de Dios podrán cantar con un nuevo significado “Tierra mía, es a ti, dulce tierra de libertad, a ti te canto. Tierra donde mi padre ha muerto, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera suene la libertad”.

 

Y si América va a ser una gran nación, esto tiene que llegar a ser verdad. Y así, suene la libertad desde las prodigiosas cumbres de las colinas de New Hampshire. Suene la libertad desde las enormes montañas de Nueva York. Suene la libertad desde los elevados Alleghenies de Pennsylvania.

 

Suene la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve de Colorado. Suene la libertad desde las curvas vertientes de California.

 

Pero no sólo eso; suene la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia.

 

Suene la libertad desde el Monte Lookout de Tennessee.

 

Suene la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera.

 

Suene la libertad. Y cuando esto ocurra y cuando permitamos que la libertad suene, cuando la dejemos sonar desde cada pueblo y cada aldea, desde cada estado y cada ciudad, podremos acelerar la llegada de aquel día en el que todos los hijos de Dios, hombres blancos y hombres negros, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de juntar las manos y cantar con las palabras del viejo espiritual negro: “¡Al fin libres! ¡Al fin libres! ¡Gracias a Dios Todopoderoso, somos al fin libres!”

 

(Traducción de Tomás Albaladejo)