Nuevo sistema de puntuación en el INFONAVIT por Omar Luciano

Edición por Perla Camacho Camarena

El sistema de puntuación del INFONAVIT entró en vigor el 16 de abril de este año. Desde hace más de veinte años, a los derechohabientes del INFONAVIT se les exigía juntar 116 puntos para tener derecho a solicitar su crédito.

Para calcular esta puntuación, el instituto tomaba en cuenta los siguientes factores:

  1. Edad del trabajador
  2. Número de bimestres continuos cotizando
  3. Saldo en la subcuenta de vivienda de la AFORE
  4. Monto de salario registrado ante el IMSS

Al trabajador le tomaba entre uno y dos años juntar los 116 puntos para poder solicitar su crédito, siendo el factor más importante el monto de su salario. A partir de las reformas constitucionales en el INFONAVIT promulgadas en octubre de 2020, los derechohabientes tienen que juntar 1080 puntos en lugar de 116. Evidentemente, 1080 es un número mucho mayor que 116.

El INFONAVIT, a través de su director, Carlos Martínez Velázquez, de sus redes sociales y de un sinnúmero de artículos en periódicos y revistas han tratado de convencernos de que es más fácil y justo juntar 1080 puntos que 116.

“Más puntos no significan más requisitos sino que ahora, el INFONAVIT tomará en cuenta más factores para evaluarte y ya no solo tu edad, salario o tu ahorro en la Subcuenta de Vivienda”. Esta fue la declaración que el director estuvo difundiendo a través de distintos medios, la cual parece propaganda pagada.

Resulta notable la similitud de varios artículos que se publicaron en diferentes medios escritos. Considero que vale la pena compartir los enlaces para que se constate que se trata de la misma nota, validando así la imposición del nuevo sistema de puntaje.  

El Finaciero: https://www.elfinanciero.com.mx/empresas/2021/05/21/infonavit-cambia-el-sistema-de-puntaje-para-nuevos-creditos-y-esto-es-lo-que-debes-saber/

AS México: https://mexico.as.com/mexico/2021/05/28/actualidad/1622156034_104192.html

La Jornada: https://www.lajornadadeoriente.com.mx/tlaxcala/infonavit-puntaje-credito-hipotecario/

Terra México: https://www.terra.com.mx/nacionales/2021/5/26/infonavit-cuales-son-los-principales-cambios-en-sistema-de-puntajes-para-nuevos-creditos-15237.html

Milenio: https://www.milenio.com/opinion/regina-reyes-heroles/vivir-como-reina-gastar-como-plebeya/la-batisenal-del-infonavit

Yo sostengo que, a pesar de todo el esfuerzo que ha hecho el INFONAVIT por demostrar que el nuevo sistema de puntación es mejor que el anterior, es injusto y afecta a una gran cantidad de trabajadores, sobre todo a los que trabajan en microempresas.

Los nuevos criterios son los siguientes:

  1. Edad y salario
  2. Ahorro en la subcuenta de vivienda
  3. Cotización continua
  4. Tipo de trabajador (permanente o temporal)
  5. Estabilidad laboral (es el promedio de los últimos tres años de la retención del personal en la empresa)
  6. Comportamiento de pago de la empresa (nivel de cumplimiento de las obligaciones patronales y comportamiento fiscal y jurídico)
  7. Contexto (ubicación y giro del patrón)

 

                                                     

Los primeros cuatro incisos tienen que ver con los méritos individuales de cada trabajador. El resto de los incisos califican a la empresa. Esto es totalmente injusto y arbitrario.

La empresa o patrón debería de ser calificado en otro esquema con los premios o penalizaciones a las que el empleador se haga acreedor. Si el empleador tiene una mala estabilidad laboral o un mal comportamiento de pago, se castiga al trabajador con una puntuación baja alejándolo de la posibilidad de ejercer su crédito.

El inciso “g” no solo es absurdo sino también discriminatorio. Bajo este criterio, el INFONAVIT califica al trabajador de acuerdo con el giro y la ubicación de la empresa donde presta sus servicios. El INFONAVIT debería de aclarar o sacar una lista de cuáles son los giros y las ubicaciones que dan más puntos.

También me parece infame, que aunque no está en la lista de criterios la están aplicando, es la revisión del Buró de Crédito.

Resulta evidente que las políticas, lineamientos y criterios del INFONAVIT tienen como objetivo segregar a los trabajadores que menos tienen, a los trabajadores de las comunidades más apartadas. Sin importar que un trabajador cumpla con sus jornadas laborales por varios bimestres y que le descuenten su aportación y sus impuestos cada vez que cobra, si al INFONAVIT no le gusta la ubicación de su centro de trabajo o si su patrón se atrasó (justificada o injustificadamente), no podrá juntar los 1080 puntos para poder ejercer su crédito.

Con estas medidas arbitrarias, el INFONAVIT viola el artículo 123 de la Constitución, que en ninguna parte menciona todas las condiciones que ahora impone el instituto para otorgar créditos baratos y suficientes para que los trabajadores adquieran habitaciones cómodas y dignas.

ARTICULO 123

B. Entre los Poderes de la Unión y sus trabajadores.

Fracción XI Inciso f:

Se proporcionarán a los trabajadores habitaciones baratas, en arrendamiento o venta, conforme a los programas previamente aprobados. Además, el Estado mediante las aportaciones que haga, establecerá un fondo nacional de la vivienda a fin de constituir depósitos en favor de dichos trabajadores y establecer un sistema de financiamiento que permita otorgar a éstos crédito barato y suficiente para que adquieran en propiedad habitaciones cómodas e higiénicas, o bien para construirlas, repararlas, mejorarlas o pagar pasivos adquiridos por estos conceptos.

Las aportaciones que se hagan a dicho fondo serán enteradas al organismo encargado de la seguridad social regulándose en su Ley y en las que corresponda, la forma y el procedimiento conforme a los cuales se administrará el citado fondo y se otorgarán y adjudicarán los créditos respectivos.

 

Primera jornada de vacunación de 60 años y más en la ciudad de Mérida: Anécdotas y reflexiones por Karla Rodríguez Medina

Edición por Perla Camacho Camarena.

Como parte de mis actividades como funcionaria pública, se me asignó participar como colaboradora en la primera campaña de vacunación contra la Covid 19 en la ciudad de Mérida, la cual estaba dirigida a personas de 60 años y más, y que se llevaría a cabo en marzo del presente año. Cuando me preguntaron si deseaba participar en una de las sedes, de inmediato mi respuesta fue afirmativa. Pensé en que tenía la oportunidad de ser parte de un momento histórico a nivel mundial, ya que una de las últimas pandemias de gran impacto en la población humana fue la “gripe española” que mató a millones de personas a principios del siglo XX. Por lo tanto, este evento me emocionada de sobremanera, no solo por el hecho de que se inmunizara parcialmente a una parte de la población de Mérida, sino también porque sentía la responsabilidad hacer un intento por calmar y apapachar (anímicamente) a las personas de 60 y más, ya que consideraba que llegarían muy ansiosas a la vacunación.

Bueno, creo que la mayoría estábamos ansios@s por el prolongado encierro durante el 2020 y parte del 2021.

¿Cómo podría hacer que la gente se sintiera relajada? Ya tenía la respuesta en la mente y en el corazón. A mí me gusta reír, y algunas veces me gusta usar el humor (aunque sea con sarcasmo) para aminorar el estrés y aligerar algunas desgracias propias de la vida. Aunque no siempre, considero que la risa puede funcionar como medicina para el alma. Por lo que ya tenía mi estrategia uno: la risa.

¿Cuál sería mi segunda estrategia? Otro de los temas que me apasiona, tal vez por mi formación académica, es la divulgación de la ciencia. Considero que es fundamental en una sociedad que los avances o descubrimientos científicos permeen en la población de una manera sencilla y entendible. Pienso que una sociedad informada adecuadamente es una sociedad libre y tal vez más empática. Así que, estrategia dos obtenida: la divulgación de la ciencia ¡Listo!

Para esta segunda estrategia, me tomé un tiempo para leer acerca de las vacunas específicas en contra del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la covid-19, así como las particularidades de cada una. Afortunadamente, varias instituciones científicas en México y alrededor del mundo ya habían generado infografías muy llamativas divulgando esta información. Me hice a la tarea de guardarlas en mi celular, herramienta para llevar a cabo la estrategia dos, para cuando fuera el momento adecuado ¡Pum! utilizarlas. Tanto la risa como la divulgación de la ciencia me funcionaron de maravilla.

A continuación, compartiré algunas anécdotas y reflexiones vividas durante los 13 intensos días de la primera jornada de vacunación de personas de 60 años y más, en la sede Universidad Modelo:

  1. Me llamó mucho la atención que atendí una generación sin celulares (60 años y más). La espera de la vacuna la hacían leyendo el periódico, un libro, platicaban con su compañera o compañero de a lado, veían al infinito, etc. no estaban aislados en el mundo del celular. Creo ya es la última generación así.
  2. En el llenando del cuestionario me di cuenta de que la gran mayoría, eran diabéticos o hipertensos, si no es que ambas cosas. Esto me da una idea de la mala educación nutricional que tenemos y la falta de la cultura del ejercicio. En algún momento pensé, que me daba mucho gusto la nueva norma acerca del etiquetado de los alimentos. Tiene que haber un cambio cultural en la educación alimenticia, si no seguiremos siendo propensos a cualquier virus, bacteria u otro parásito.   
  3. Conocí a varias señoras de entre 75 y 83 años que bien podrían ser mis mejores amigas. Entre ellas destacaron tres: la primera se molestó porque no iba a poder beber sus respectivas cervezas en su cumpleaños por las restricciones de la vacuna. A la segunda señora, le comenté que caminaba muy bien (ya tenía más de 80 años) a lo que respondió, “¡Uy, señorita! Y no me ha visto bailar”, enseguida iniciamos plática de lo bonito que es bailar y de diferentes géneros musicales para hacerlo. Con la tercera, no sé cómo terminamos platicando de lo guapos y fuertes que son los cubanos ya que estábamos llenando su formato de vacunación y la plática debía girar en torno a sus datos personales. Con las tres tuve momentos de risa.
  4. Una señora me dijo que no quería vacunarse porque la vacunas estaban hechas de células de fetos de bebés y quería que la ayudara a escaparse, que solo estaba ahí porque su hijo la llevó y la estaba vigilando. Me armé de paciencia y amor para explicarle y tratar de convencerla de por qué debía vacunarse, de lo que son las vacunas y de qué están hechas, por medio de las numerosas infografías que cargué el celular y que he usado tanto. Probé qué tan buena soy aterrizando el conocimiento generado en la ciencia y logré que se vacunara.
  5. Muchas personas le tenían miedo a la vacuna por la gran cantidad de mala información que circulaba en la red, como por ejemplo que la vacuna de Astra Zeneca les sacaría coágulos o produciría trombos, para lo cual seguí usando las infografías, información científica, estadística para tratar de sacarlas (os) de dudas. He ahí la importancia de la divulgación científica.
  6. Así como hay gente que no se quiere vacunar, se me salieron las lágrimas con una señora que lloró porque estaba muy emocionada de vacunarse, y tenía la esperanza de esto terminara pronto. Muchas personas de esta edad, no habían salido en absoluto de sus casas desde marzo de 2020, y ésta era su primera salida.
  7. Tuve una plática muy linda con un señor sobre el derecho a la eutanasia y de cómo la covid-19 estaba controlando a la población humana. Él me decía que debería haber centros en donde la eutanasia se realizara a voluntad, para dejarle los recursos naturales a las nuevas generaciones. Se me estrujó un poco el corazón, pero coincidí con él.
  8. Tuve una experiencia emotiva con un señor que tenía VIH. Al llenarle su cuestionario le preguntaba si estaba tomando algún otro medicamento, y de una manera dudosa, me dijo que no; sin embargo, poco después, me habló en voz baja y me dijo, “bueno sí, tomo medicamento porque tengo VIH”. Yo, con toda la naturalidad del mundo, lo escribí en la forma, seguí platicando con él y continuamos con las risas. Al final, me agarró el brazo y me dio las gracias por ser tan amable. Sentí que el corazón se me estrujaba porque noté en su mirada que ha sido víctima de discriminación muchas veces.
  9. A un señor de edad avanzada, pero que caminaba muy bien, le dije que cojeara o caminara mal con el objetivo de que sí lo pudieran vacunar, ya que su código postal no pertenecía a la sede de la Universidad Modelo. Me preguntó, “¿así cojeo, señorita, o más exagerado?” Y le contesté que un poquito más exagerado. Nos reímos juntos y, por supuesto, lo vacunaron.
  10. El último día llegaron extranjeros: salvadoreños, venezolanos, hondureños, estadounidenses, y no se le negó la vacuna a nadie. Eso también llenó mi corazón de alegría. Pienso que en ningún país debería de haber restricciones para la aplicación de las vacunas, sin importar nacionalidad, estatus económico, género, orientación sexual, etc.
  11. Había una energía muy bonita entre tod@s, estábamos los tres niveles de gobierno trabajando en conjunto para un bien común, tod@s eran muy amables, las y los enfermeros, las y los médicos. Eso me gustó mucho.
  12. Algo que no me gustó fue el exceso de botellas de plástico y de unicel que se utilizó para la comida del personal de la sede. Es urgente que se regule el uso del unicel por temas de cambio climático, de lo cual hablé un poco en un artículo anterior.
  13. Extrañé mucho a mí madre porque a ella le hubiera tocado la vacuna en esa jornada, y, por momentos, me imaginé llevándola a vacunar.
  14. Me encantó que tod@s me decían “señorita”, era una jovencita ahí, hasta propuestas de matrimonio me salieron.
  15. Hay mucha gente de la tercera edad sola, llegaban sin parientes. Esto me hizo reflexionar acerca de la importancia de cuidar a nuestros nuestr@s mamás, papás, y abuelit@s, no solo desde el punto de vista físico, sino también de su salud emocional. Son personas que necesitan compañía, poseen mucha sabiduría de vida, muchas experiencias qué contar y están ávidos de que l@s escuchem@s. Valorémoslos, porque tienen mucho amor que dar.
  16. Independientemente de mis creencias religiosas, amaba cuando las personas me miraban tiernamente, me sonreían, me tocaban el brazo y me decían, “que Dios la bendiga”, esas miradas las tengo en la cabeza y en el corazón. Quizá ahora, por el uso del cubrebocas, nos fijamos más en la hermosa expresividad de los ojos.

Como reflexión final, fueron 13 días cansados e intensos, pero las experiencias que me llevé no tienen precio. Esta pandemia debe unirnos como sociedad, debemos trabajar en conjunto, con empatía para librarla de la mejor manera.

Esto aún no se acaba y no se acabará pronto, pero sí creo que podemos adaptarnos a vivir dentro de una nueva normalidad, cuidándonos unos a otros y respetando las reglas del sector salud.

Que la pandemia de este siglo nos sirva para evolucionar como seres humanos y como especie biológica.

 

¿Por qué hay que decir "SÍ" al Tren Maya? por José Luis Castillo

Edición por Perla Camacho Camarena.

Dicen los ecologistas de Facebook que un tren que va a correr sobre vías que ya existen, a un lado y en medio de carreteras que ya existen y paralelo a tendidos eléctricos que ya existen, va a destruir la selva maya.

Dicen los mismos ecologistas, esos que van en automóvil o camión al Caribe, que la construcción de un tren va a contaminar el medio ambiente. Está demostrado que un tren contamina menos que sus coches y camiones. Punto para el tren.

Dicen los mismos ecologistas de Facebook que atraviesan “la selva maya” en carreteras que ya existen, que el tren va a acabar con los jaguares y la fauna de la zona. El proyecto del Tren Maya incluye la creación de decenas de cruces de fauna (hoy inexistentes) para protegerla. Punto para el tren.

Dicen los mismos ecologistas, que la creación de un tren va a provocar el crecimiento desmedido de las localidades por las que pase la vía. Un tren, a diferencia de una carretera, solo genera polos de desarrollo en donde se construyen las estaciones, no durante todo el trayecto. El proyecto del Tren Maya incluye un estudio detallado de las ciudades en las que tendrá estaciones y un plan de desarrollo ordenado y sustentable para cada una. Punto para el tren.

Dicen los mismos ambientalistas, que el proyecto del Tren Maya va a despojar a los ejidatarios de sus tierras. Este proyecto no incluye expropiaciones ni despojos, por el contrario, se ha invitado a los dueños de los terrenos a no vender sus ejidos y volverse socios del proyecto, incluso se ha pagado la deuda que existía con los dueños de los terrenos por los que hoy ya existen vías y que nunca se les pagó (más de $1,700millones). Punto para el tren.

Los mismos ecologistas dicen que el tren es contrario a los deseos de las comunidades indígenas y que se afectarán sus culturas y costumbres. En el 2019 se llevó a cabo la segunda consulta sobre el tema y, nuevamente, una mayoría superior al 90% respaldó el proyecto. Las comunidades indígenas no se verán afectadas y, por el contrario, el proyecto permitirá la promoción de su cultura. Punto para el tren.

El proyecto del Tren Maya es supervisado por ONU Hábitat el programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos que promueve pueblos y ciudades social y ambientalmente sostenibles y ha dado su respaldo y aprobación a este proyecto enumerando los beneficios sociales, económicos y de desarrollo de la región que vendrán con la construcción del tren. Punto para el tren.

Les invito a informarse más a fondo sobre este proyecto que ya está en marcha y que traerá enormes beneficios a nuestra región. Seguramente sus observaciones y análisis podrán enriquecer los estudios que se han hecho al respecto.

El Tren Maya significa progreso y oportunidades para una zona que no ha tenido un proyecto de esta envergadura jamás. Que los ecologistas de Facebook no nos confundan.

Apuntes para mis hijos. Benito Juárez

Apuntes para mis hijos

(1806-1857)

Segunda Parte

 

CATEDRÁTICOS DEL PARTIDO LIBERAL

El Partido Republicano adoptó la denominación del Partido Yorquino y desde entonces comenzó una lucha encarnizada y constante entre el Partido Escocés, que defendía el pasado con todos sus abusos, y el Partido Yorquino, que quería la libertad y el progreso; pero desgraciadamente el segundo luchaba casi siempre con desventaja porque, no habiéndose generalizado la ilustración en aquellos días, sus corifeos, con muy pocas y honrosas excepciones, carecían de fe en el triunfo de los principios que proclamaban, porque comprendían mal la libertad y el progreso y abandonaban con facilidad sus filas pasándose al bando contrario, con lo que desconcertaban, los trabajos de sus antiguos correligionarios, les causaban su derrota y retardaban el triunfo de la libertad y del progreso. Esto pasaba en lo general en la República en el año de 1827. En lo particular del Estado de Oaxaca donde yo vivía se verificaban también, aunque en pequeña escala, algunos sucesos análogos a los generales de la nación. Se reunió un consejo constituyente que dio la constitución del Estado. Los Partidos Liberal y Retrógrado tomaron sus denominaciones particulares llamándose Vinagre el primero y Aceite el segundo. Ambos trabajaron activamente en las elecciones que se hicieron de diputados y senadores para el Primer Congreso Constitucional. El Partido Liberal triunfó sacando una mayoría de diputados y senadores liberales, a lo que se debió que el Congreso diera algunas leyes que favorecían la libertad y el progreso de aquella sociedad que estaba enteramente dominada por la ignorancia, el fanatismo religioso y las preocupaciones. La medida más importante por sus trascendencias saludables y que hará siempre honor a los miembros de aquel Congreso fue el establecimiento de un colegio civil que se denominó Instituto de Ciencias y Artes; independiente de la tutela del clero y destinado para la enseñanza de la juventud en varios ramos del saber humano, que era muy difícil aprender en aquel Estado donde no había más establecimiento literario que el Colegio Seminario Conciliar en que se enseñaba únicamente gramática latina, filosofía, física elemental y teología; de manera que para seguir otra carrera que no fuese la eclesiástica o para perfeccionarse en algún arte u oficio era preciso poseer un caudal suficiente para ir a la capital de la nación o a algún país extranjero para instruirse o perfeccionarse en la ciencia o arte a que uno quisiera dedicarse. Para los pobres, como yo, era perdida toda esperanza. Al abrirse el instituto en el citado año de 1827 el doctor don José Juan Canseco, uno de los autores de la ley que creó el establecimiento, pronunció el discurso de apertura, demostrando las ventajas de la instrucción de la juventud y la facilidad con que ésta podría desde entonces abrazar la profesión literaria que quisiera elegir. Desde aquel día muchos estudiantes del seminario se pasaron al instituto. Sea por este ejemplo, sea por curiosidad, sea por la impresión que hizo en mí el discurso del doctor Canseco, sea por el fastidio que me causaba el estudio de la teología, por lo incomprensible de sus principios, o sea por mi natural deseo de seguir otra carrera distinta de la eclesiástica, lo cierto es que yo no cursaba a gusto la cátedra de teología, a que había pasado después de haber concluido el curso de filosofía. Luego que sufrí el examen de estatuto me despedí de mi maestro, que lo era el canónigo don Luís Morales, y me pasé al instituto a estudiar jurisprudencia en agosto de 1828. El director y catedráticos de este nuevo establecimiento eran todos del Partido Liberal y tomaban parte, como era natural, en todas las cuestiones políticas que se suscitaban en el Estado. Por esto, y por lo que es más cierto, porque el clero conoció que aquel nuevo plantel de educación, donde no se ponían trabas a la inteligencia para descubrir la verdad, sería en lo sucesivo, como lo ha sido en efecto, la ruina de su poder basado sobre el error y las preocupaciones, le declaró una guerra sistemática y cruel, valiéndose de la influencia muy poderosa que entonces ejercía sobre la autoridad civil, sobre las familias y sobre toda la sociedad. Llamaban al instituto “casa de prostitución” y a los catedráticos y discípulos ”herejes” y “libertinos”. Los padres de familia rehusaban mandar a sus hijos a aquel establecimiento y los pocos alumnos que concurríamos a las cátedras éramos mal vistos y excomulgados por la inmensa mayoría ignorante y fanática de aquella desgraciada sociedad. Muchos de mis compañeros desertaron, espantados del poderoso enemigo que nos perseguía. Unos cuantos nomás quedamos sosteniendo aquella casa con nuestra diaria concurrencia a las cátedras.

CONFINADO A TEHUACAN

En 1829 se anunció una próxima invasión de los españoles por el Istmo de Tehuan-tepec, y todos los estudiantes del instituto ocurrimos a alistamos en la milicia cívica, habiéndoseme nombrado teniente de una de las compañías que se organizaron para defender la independencia nacional En 1830 me encargué en clase de sustituto de la cátedra de física con una dotación de treinta pesos con los que tuve para auxiliarme en mis gastos. En 1831 concluí mi curso de jurisprudencia y pasé a la práctica al bufete del licenciado don Tiburcio Cañas. En el mismo año fui nombrado Regidor del Ayuntamiento de la capital, por elección popular, y presidí el acto de física que mi discípulo don Francisco Rincón dedicó al cuerpo académico del Colegio Seminario.

En el año de 1832 se inició una revolución contra la administración del presidente de la República don Anastasio Bustamante que cayó a fines del mimo año con el Partido Escocés que lo sostenía. En principios de 1833 fui electo diputado al Congreso del Estado. Con motivo de la Ley de Expulsión de Españoles dada por el Congreso General, el obispo de Oaxaca, don Manuel Isidoro Pérez, no obstante, de que estaba exceptuado de esta pena, rehusó continuar en su diócesis y se fue para España. Como no quedaba ya ningún obispo en la República, porque los pocos que había se habían marchado también al extranjero, no era fácil recibir las órdenes sagradas y sólo podían conseguirse yendo a La Habana o a Nueva Orleáns, para lo que era indispensable contar con recursos suficientes de que yo carecía. Esta circunstancia fue para mí sumamente favorable, porque mi Padrino, conociendo mi imposibilidad para ordenarme sacerdote, me permitió que siguiera la carrera del foro. Desde entonces seguí ya subsistiendo con mis propios recursos. En el mismo año fui nombrado Ayudante del Comandante General don Isidro Reyes, que defendió la plaza contra las fuerzas del general Canalizo, pronunciado por el Plan de Religión y Fueros iniciado por el coronel don Ignacio Escalada en Morelia. Desde esa época el partido clérigo-militar se lanzó descaradamente a sostener a mano armada y por medio de los motines, sus fueros, sus abusos y todas sus pretensiones antisociales. Lo que dio pretexto a este motín de las clases privilegiadas fue el primer paso que el Partido Liberal dio entonces en el camino de la Reforma, derogando las leyes injustas que imponían coacción civil para el cumplimiento de los votos monásticos y para el pago de los diezmos. En enero de 1834 me presenté a examen de jurisprudencia práctica ante la Corte de Justicia del Estado y fui aprobado expidiéndoseme el título de Abogado. A los pocos días la Legislatura me nombró magistrado interino de la misma Corte de Justicia cuyo cargo desempeñé poco tiempo. Aunque el pronunciamiento de Escalada secundado por Arista, Duran y Canalizo fue sofocado en el año anterior, sus promovedores siguieron trabajando y al fin lograron en este año destruir la administración de Valentín Gómez Farías, a lo que contribuyeron muchos de los mismos partidarios de aquella administración, porque comprendiendo mal los principios de libertad, como dije antes, marchaban sin brújula y eran conducidos fácilmente al rumbo que los empujaban sus ambiciones, sus intereses o sus rencores. Cayó por consiguiente la administración pública de Oaxaca en que yo servía y fui confinado a la ciudad de Tehuacán sin otro motivo que el de haber servido con honradez y lealtad en los puestos que se me encomendaron. Revocada la orden de mi confinamiento volví a Oaxaca y me dediqué al ejercicio de mi profesión. Se hallaba todavía el clero en pleno goce de sus fueros y prerrogativas y su alianza estrecha con el poder civil le daba una influencia casi omnipotente. El fuero que lo sustraía de la jurisdicción de los tribunales comunes le servía de escudo contra la ley de salvoconducto para entregarse impunemente a todos los excesos ya todas las injusticias. Los aranceles de los derechos parroquiales eran letra muerta. El pago de las obvenciones se regulaba según la voluntad codiciosa de los curas. Había, sin embargo, algunos eclesiásticos probos y honrados que se limitaban a cobrar lo justo y sin sacrificar a los fieles; pero eran muy raros estos hombres verdaderamente evangélicos, cuyo ejemplo, lejos de retraer de sus abusos a los malos, era motivo para que los censurasen diciéndoles que mal enseñaban a los pueblos y echaban a perder los curatos. Entre tanto los ciudadanos gemían en la opresión y en la miseria porque el fruto de su trabajo, su tiempo y su servicio personal todo estaba consagrado a satisfacer la insaciable codicia de sus llamados pastores. Si ocurrían a pedir justicia muy raras veces se les oía y comúnmente recibían por única contestación el desprecio o la prisión. Yo he sido testigo y víctima de una de estas injusticias. Los vecinos del pueblo de Loxicha ocurrieron a mí para que elevase sus quejas e hiciese valer sus derechos ante el tribunal eclesiástico contra su cura que les exigía las obvenciones y servicios personales, sin sujetarse a los aranceles. Convencido de la justicia de sus quejas por la relación que de ellas me hicieron y por los documentos que me mostraron, me presenté al tribunal o Provisorato, como se le llamaba. Sin duda por mi carácter de diputado y porque entonces regía en el Estado una administración liberal, pues esto pasaba a principios del año de 1834, fue atendida mi solicitud y se dio orden al cura para que se presentara a contestar los cargos que se le hacían, previniéndosele que no volviera a la parroquia hasta que no termínase el juicio que contra él se promovía; pero desgraciadamente a los pocos meses cayó aquella administración, como he dicho antes, y el clero, que había trabajado por el cambio, volvió con más audacia y menos miramientos a la sociedad y a su propio decoro, a ejercer su funesta influencia en favor de sus intereses bastardos.

(Continuara en la próxima edición).